Texto Curatorial de la Muestra

En la obra de Fanny Auger la tierra es significante y significado. La artista recurre a este material primigenio de la vida para llevarlo a sus diversas posibilidades expresivas. Sus cerámicas biomórficas elogian la misteriosa e infinita naturaleza. Mitosis, Eclosión, Matriz, Ciclo, Metamorfosis, Evolución: los títulos de sus obras remiten directamente a procesos orgánicos que ella replica en su trabajo.     

Tal como sucede en la naturaleza, la obra de Fanny se desarrolla como un proceso evolutivo que parte desde una forma originaria que sintetiza la estructura de los contenedores elementales de la vida. La célula, el embrión, el huevo llegan metaforizados a la obra de la artista como formas, puras y rotundas que encierran un misterio, una especie de silencio que pide ser descifrado.     

Del mismo modo en que los seres vivos evolucionan, Fanny avanza con su experimentación creativa según un transcurrir cíclico, donde cada obra está relacionada con la anterior. Así, su trayectoria va describiendo una parábola de transformación, expansión y, finalmente, multiplicación. En obras recientes, la artista explora la repetición y la acumulación de formas afines, generando conjuntos donde las piezas se interrelacionan y conviven dinámicamente.       

Más allá o más acá de las esculturas, para Fanny la cerámica es un espacio existencial donde la imaginación, la mano y el tiempo se encuentran con total honestidad.